El alcohol es una bebida muy calórica, que debe evitarse en caso de dieta. De hecho, además de los efectos peligrosos para la salud, las bebidas alcohólicas tiene un impacto en el aumento de peso y por ende en la obesidad.
Cuando llevamos un ayuno alimenticio debemos ser conscientes de que nuestro objetivo principal es perder peso, pero además esto nos lleva a una mejor salud, por lo que tenemos que considerar todas las variables externas que nos ayudan a alcanzar nuestra meta.
Aunque la cantidad de azúcar varía de una bebida a otra, todos los vinos y licores aportan calorías. Hay que tenerlo en cuenta si se quiere hacer una dieta. La composición de las bebidas fermentadas aumenta el riesgo para la salud.
Como indicación, aquí hay algunas cantidades medidas en copas de bebidas y su correspondencia en calorías contenidas:
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1 copa de vino representa 100 kilocalorías;
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1 jarra de cerveza tiene 140 kilocalorías;
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1 copa de coñac tiene 140 kilocalorías;
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1 vaso de whisky representa 380 kilocalorías;
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1 copa de vodka representa 90 kilocalorías;
Además, el alcohol deshidrata. Si no se compensa con un consumo suficiente de agua, provoca retención de agua y, en ocasión, especialmente en las mujeres provoca un tipo de celulitis, sobre todo la cerveza.
Además, el consumo de alcohol favorece la acumulación de un nivel de grasa, sobre todo en el abdomen. Según los nutricionistas una dieta pierde hasta el 70% de efectividad si se consumen bebidas fermentadas como el vino tinto y cerveza.
De hecho, el cuerpo se concentra en eliminar las calorías proporcionadas por el alcohol y ya no puede eliminar la grasa, que luego es almacenada por el organismo provocando obesidad. Aquí la dieta mediterránea es la mejor opción según recomendaciones.
Si haces dieta, cuidado con el alcohol
¡El aperitivo es el momento más crítico en términos de calorías! De hecho, la adición de azúcar, alcohol y grasas en las galletas de aperitivo es el camino a la obesidad. Las bebidas como los refrescos son el enemigo número uno de la salud.
El alcohol es una sustancia que engorda a las personas que beben moderadamente, se ha comprobado que en las personas con adicción a las bebidas alcohólicas y compuestos cuyo consumo supera el umbral autorizado de calorías, el consumo de alcohol no tiene efecto sobre su peso.
A continuación, varias razones para esto y desatar algunas enfermedades:
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El alcohólico se “alimenta” de alcohol: tiende a llenarse el estómago de bebidas alcohólicas y no de alimento;
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Compensa las ansias de comer con las ansias de beber;
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Bebidas como la cerveza y el vino disparan las calorías;
Hay que tener en cuenta recomendaciones de que las bebidas alcohólicas dulces como el champán y el vino tinto tienen más calorías debido a que son fermentadas y en grandes cantidades conllevan aumento de peso y pérdida de defensas.
¿El alcohol influye en el apetito?
Se podría pensar que el aumento del apetito tras el consumo de bebidas alcohólicas, cerveza y cócteles de licor está relacionado con su efecto desinhibidor. Sin embargo, un artículo de 2017 en ratones sugiere en vez otra razón para este efecto.
Los investigadores alimentaron a los ratones con altas dosis de licor. Tras el consumo de alcohol, los ratones comieron una mayor cantidad. Luego, una vez que los científicos estudiaron la actividad neuronal de estos ratones: dado que el alcohol es calórico, debería provocar una respuesta neuronal para reducir el apetito.
El licor es el producto base de las bebidas alcohólicas, lo que aumenta el riesgo de desatar enfermedades si se consume en grandes cantidades. Además, su alto contenido de calorías disminuye el efecto de las dietas y provoca problemas serios a la salud.
También es posible que el consumo de alcohol inhibe ciertas hormonas reguladoras del apetito, como la leptina. El alcohol es una forma de provocar sobrepeso y riesgo de otras enfermedades en personas que consumen carbohidratos sin llevar un régimen de adelgazamiento.
¿Significa esto que beber alcohol es un riesgo para engordar? Este parece ser el caso del consumo regular y excesivo de alcohol, pero este efecto puede variar según los hábitos de bebida, el género o el tipo de bebidas alcohólicas consumidas.
Cómo influye en alcohol en la digestión
Cuando consumimos alcohol sin haber comido, el alcohol pasa rápidamente del sistema digestivo y en la sangre. Una influencia en los sentimos rápidamente porque no hay alimento que frena la digestión. Comer después de beber alcohol es un método para digerir mejor.
El alcohol es algo que cuando ya está en la sangre y la única forma de reducir los niveles de alcohol en la sangre es esperar a que el hígado haga su trabajo. Por otro lado, tomar una copa durante la cena no tiene las mismas repercusiones en el proceso de asimilación de bebidas alcohólicas y carbohidratos.
Cuando se mezcla el alimento, el alcohol en el estómago se difunde más lentamente a la sangre. Además, si come alimentos con alto contenido de grasa o alimentos que son más difíciles de digerir para el estómago, esto permitirá que los alimentos mezclados con una bebida alcohólica permanezcan más tiempo en el estómago antes de pasar al intestino delgado.
Recuerda que incluso una gran comida no evitará que te emborraches si consumes demasiado alcohol. De hecho, una bebida alcohólica puede atravesar las paredes del estómago y llegar a la sangre. Demasiado licor con una buena cena no te protege contra la intoxicación por el consumo de alcohol.
Efectos del alcohol en el cáncer
Varios mecanismos pueden explicar el mayor riesgo de cáncer asociado en torno al consumo de licor. Lo más importante es la transformación, en el organismo, del etanol de las bebidas alcohólicas en acetaldehído, que es un compuesto genotóxico (que ataca al ADN) reconocido como cancerígeno para los humanos.
También entran en juego otros mecanismos, más específicos de determinadas localizaciones del cáncer por país:
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Cáncer del tracto digestivo superior (VADS): el etanol aumenta la permeabilidad de las membranas mucosas a carcinógenos como los relacionados con el consumo de tabaco;
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Cáncer de mama: aumento de los niveles de hormonas esteroides circulantes (estrógenos, andrógenos) y estimulación de la multiplicación de un tipo de células mamarias;
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Cáncer colorrectal: interferencia con el metabolismo de los folatos (vitamina B9) que puede inducir modificaciones del ADN (su estado de metilación) dando como resultado modificaciones de la expresión de un tipo de genes favorables al desarrollo de tumores;
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Cáncer de hígado: el alcohol que se encuentra en exceso en el colon altera la permeabilidad de la mucosa intestinal, favorece el paso de toxinas a la circulación, que provocan reacciones inflamatorias en el hígado, que pueden evolucionar a hepatitis, cirrosis y luego cáncer;
Las secuelas del consumo de licor se multiplican en torno a las del tabaco. Los riesgos de cánceres del tracto digestivo superior (boca, faringe, laringe y esófago) aumentan considerablemente. Por ejemplo, el riesgo de desarrollar cáncer de la cavidad oral se multiplica por 45 en grandes consumidores de tabaco y alcohol.
Preguntas Frecuentes
¿Puede el alcohol provocar aumento de peso?
Si bien por sí solo el licor no tiene grandes cantidades calóricas, sus secuelas en el cuero modifican el metabolismo y provocan que el organismo funcione distinto a lo habitual provocando un procesamiento más lento de carbohidratos.
¿Qué bebidas alcohólicas se deben evitar más?
Las bebidas y cócteles que contengan cerveza o vino son las de más alto volumen calórico. El vino por su alta concentración de azúcares(seis gramos por copa) provoca que cada gramo de azúcar impacte en cómo reacciona el aparato digestivo al procesamiento del licor.
¿Se debe evitar el licor durante una dieta?
La recomendación es clara y si, se debe evitar si se realiza un régimen dietético. Como ya lo hablamos en este artículo cualquier exceso es malo y lo recomendable es llevar controles de las proporciones de licor que se beben.